lunes, 19 de noviembre de 2012

AMAR A CRISTO EN CADA EUCARISTIA

    En la Misa disfrutamos saboreando una y otra vez antiguas palabras con las que han rezado tantas generaciones de cristianos, y pronunciadas por primera vez por Jesús. No hay rutina si hay amor. Nuestra vida es como una canción, que tiene letra y música. La letra consiste en todo lo que hacemos, nuestras acciones, y la música es la voz del corazón, el amor que ponemos en todo. De manera que la vida es aburrida o entusiasmante, dependiendo del amor que ponemos. ¿Aburrido?: te falta amor.


       La Misa es sumergirse en una corriente de vida y de amor. Si hay aburrimiento puede que no hayamos conseguido aún una conexión con Él: sólo el sentimiento de la persona viva del Señor asegura una participación madura, a prueba de los diversos talantes de los celebrantes, de los cambios en los gustos musicales, del adormecimiento o de la euforia del ambiente. "Ven conmigo", nos dice Jesús. Es fácil de entender y aceptar, y con los años nos vamos dando cuenta del contenido profundo y totalizante de esta invitación. Jesús poco a poco va radicalizando su propuesta, y nos pide más. Lo descubrimos como un maestro bueno, justo y merecedor de toda nuestra confianza, y nos pide un paso más: renunciar a nosotros mismos, como Él, darnos a los demás.



       Asiste a Misa y celebra con alegría el Amor de Cristo que se hace Alimento para nuestras almas.

                                  CRECE EN AMOR Y CONTAGIA AMOR POR LA SANTA MISA!
Foto: AMAR A CRISTO...EN CADA EUCARISTÍA

En la Misa disfrutamos saboreando una y otra vez antiguas palabras con las que han rezado tantas generaciones de cristianos, y pronunciadas por primera vez por Jesús. No hay rutina si hay amor. Nuestra vida es como una canción, que tiene letra y música. La letra consiste en todo lo que hacemos, nuestras acciones, y la música es la voz del corazón, el amor que ponemos en todo. De manera que la vida es aburrida o entusiasmante, dependiendo del amor que ponemos. ¿Aburrido?: te falta amor.
 
 La Misa es sumergirse en una corriente de vida y de amor. Si hay aburrimiento puede que no hayamos conseguido aún una conexión con Él: sólo el sentimiento de la persona viva del Señor asegura una participación madura, a prueba de los diversos talantes de los celebrantes, de los cambios en los gustos musicales, del adormecimiento o de la euforia del ambiente. "Ven conmigo", nos dice Jesús. Es fácil de entender y aceptar, y con los años nos vamos dando cuenta del contenido profundo y totalizante de esta invitación. Jesús poco a poco va radicalizando su propuesta, y nos pide más. Lo descubrimos como un maestro bueno, justo y merecedor de toda nuestra confianza, y nos pide un paso más: renunciar a nosotros mismos, como Él, darnos a los demás.

Asiste a Misa y celebra con alegría el Amor de Cristo que se hace Alimento para nuestras almas. Crece en AMOR Y CONTAGIA AMOR POR LA SANTA MISA!

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